La educación de cada individuo, de cada ser, es el producto del trabajo conjunto de dos grandes equipos totalmente sincronizados; la familia (mamá, papá, hermanos y hermanas y todos lo que conforman la familia ampliada); quienes son los primeros en fomentar principios y valores haciendo de cada niño, niña y adolescente un modelo para ser incorporado a la participación activa y creadora de la sociedad, vale decir que la familia es la pionera en la formación del nuevo ciudadano y ciudadana; los docentes, quienes desde su rol pedagógico y educativo administran el conocimiento en aras de facilitar su comprensión y promover la generación de nuevas ideas, esto es, entregados a propiciar las herramientas necesarias para preparar el camino que debe recorrer nuestro niño, niña y adolescente. El docente con su labor educativa consolida la formación que inició la familia y en su rol pedagógico y en sintonía con el enfoque epistemológico lineado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación prepara al profesional que la sociedad demanda para satisfacer la calidad de vida que requieren sus miembros.
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